·
sábado, 16 de abril de 2011
-Podías haber tenido cualquier otra cosa en el mundo, y me has pedido a mí.
Ella le sonrió. Mugriento como estaba, cubierto de sangre y tierra, era lo más hermoso que había contemplado nunca.
-
Pero yo no quiero ninguna otra cosa en el mundo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario